Señor,
que eres fiel a la alianza y al amor con los que te aman y cumplen tus
mandamientos. Nosotros hemos sido injustos y nos hemos apartado de Ti perdiendo
la libertad de los hijos de Dios. Escucha las plegarias que tu pueblo te
presenta, por todos nuestros hermanos privados de libertad.
Señor,
imploramos tu presencia en todos los lugares donde haya personas privadas de la
libertad. Mitiga las penas, el desamparo, la desesperanza y la ausencia de los
seres queridos. Infunde en su espíritu valor, consuelo y esperanza para que su
dolor se cambie en gozo. Ilumínalos y fortalécelos con tu palabra, convencidos
de que la verdad nos hace libres.
Señor,
que sepamos compartir los anhelos y esperanzas, las tristezas y desilusiones de
quienes se ven limitados en su libertad; que aprendamos a conquistar la
libertad de nuestro espíritu, que luchemos contra toda clase de opresión y que
nunca limitemos de manera indebida la libertad de nuestro prójimo.
Y que
junto al dolor de cada uno de los privados de libertad, esté siempre María, la
Madre de Jesús, para acompañarlos en todas las penas, para animarlos con su
mirada maternal.
Amén.